Mourinho huele a Valencia

No es una noticia todavía, sino una reflexión. Me huele a Mourinho. Me cuadra su fichaje por el Valencia. El gran objetivo de 'Mou' es ser seleccionador nacional de Portugal, cargo que salvo sorpresa mayúscula no podrá ocupar hasta después del Mundial de Sudáfrica en 2010. Mientras tanto, y a la vista de que en ningún grande de Europa vaya a haber cambios (sólo se me ocurriría el Milán), no es ni mucho menos mala opción para el luso coger el Valencia. Un equipo hecho y que está metido de lleno en todas las competiciones (a Quique le han echado estando 4º en la Liga y con calendario favorable en la Champions para seguir adelante, recibiendo a Rosenborg y Schalke'04 en Mestalla). Así las cosas no es descabellado imaginarse a Mourinho sentado en el banquillo valencianista. Tanto Quique como Benítez en su paso por Valencia han impuesto un estilo de juego muy similar al del portugués, por lo que no sería un cambio radical para la plantilla, tácticamente hablando. Eso si, supongo que Mou tendría que rebajar sus pretensiones económicas.

Las otras opciones que maneja el Valencia, según la prensa, son de corte italiano: Capello y Lippi. A Capello me cuesta mucho imaginarlo en el banquillo de Mestalla. No le veo. Está encantado con la vida que lleva ahora, viendo los toros desde la barrera, comentando los partidos para la televisión italiana. No tiene gusanillo de banquillo.

Con Lippi habría mas opciones, pero menos ilusión. Aunque no tenga nada que ver, imaginarse al seleccionador que devolvió a Italia al triunfo en un Mundial recuerda a tiempos pasados. A los Ranieri, Cúper y compañía. Y no fue una mala época, pero el público valencianista terminó aburrido. Ahora bien, Mourinho, salvo por sus 'shows', tampoco sería la alegría de la huerta.

Por cierto, no creo que el problema del Valencia fuera Quique. El problema del Valencia son muchos, decenas, antes que Quique. Lo fácil que es hacer un boicot a un entrenador. La afición hoy le aplaudía y discutía a Soler la decisión, sin recordar que los "Quique vete ya" eran la mecha que la icompetencia del presidente valencianista terminó por encender. La afición debería empezar por analizar primero a su equipo, y dejar de compararse continuamente con el Real Madrid. Y el presidente debería empezar por sacar su orgullo, y aunque papá le haya regalado la presidencia de un equipo de fútbol, ser conocedor de sus limitaciones y dejar el cargo a alguien competente, o al menos, rodearse de ellos.


Los pesos pesados del vestuario tampoco estaban con Quique. Y lo fácil es hacer la cama, en vez de mirarse al ombligo, como podría hacer Cañizares con sus oxidados reflejos. En Noruega pareció un abuelo agachándose a coger el mando a distancia. Con Albelda y Baraja, otras dos vacas sagradas del vestuario, tampoco era buena la relación. Y así es realmente imposible.

Así funciona el fútbol. Quique tampoco es santo de mi devoción, pero al menos me parece un tio sincero y que ha intentado hacer lo que sabe, entrenar. Lástima que en el cargo de entrenador en Valencia, lo que menos importa sea ser buen entrenador.